2. MARCO TEÓRICO
2.1. El Círculo Lingüístico de
Praga
La preocupación por las intenciones comunicativas de los hablantes y, en
consecuencia, de la estructuración de los mensajes recibió un especial auge en
el Círculo Lingüístico de
Praga empezando con Vilém Mathesius y lo que él mismo
llamó la "perspectiva funcional de la oración" que fue retomada y desarrollada
por otros autores de la misma corriente como, por ejemplo, Firbas y Daneš . Y
aunque las aproximaciones recientes a un concepto tan importante para el
presente trabajo como el del Tema sean tan variadas y amplias, todos los autores
parten de alguna manera de los representantes de la Escuela de Praga y coinciden
en su descripción desde un punto de vista funcionalista. Es preciso, entonces,
revisar qué fue el Círculo Lingüístico de Praga y cuál es su lugar dentro de la
lingüística.
El Círculo Lingüístico de Praga fue fundado en 1926 y reunió un número de
lingüistas eslavos reconocidos, como los checos Josef Vachek y Bohumil Trnka,
además de los ya mencionados, y los rusos Nikolai Sergeievich Trubetzkoi y Roman
Osipovich Jakobson para mencionar algunos de los representantes. En 1929, estos
lingüistas, tuvieron una actuación destacada en el primer Congreso Internacional
de Eslavistas celebrado en Praga donde presentaron un programa que describe las
tareas de la lingüística, sobre todo de la eslavista, la teoría y metodología a
emplear en el estudio de las lenguas y literaturas en general y de las eslavas
en particular. Dicho programa, conocido como las Tesis de 1929, refleja los
principios de la ‘lingüística funcional’ o ‘funcionalismo’, base de todos los
trabajos del Círculo de Praga y comienza afirmando lo siguiente:
La lengua, producto de la actividad humana, comparte con tal actividad su
carácter teleológico o de finalidad. Cuando se analiza el lenguaje como
expresión o como comunicación, la intención del sujeto hablante es la
explicación que se presenta con mayor naturalidad. Por esto mismo, en el
análisis lingüístico, debe uno situarse en el punto de vista de la función.
Desde este punto de vista, la lengua es un sistema de medios apropiados para
un fin. No puede llegarse a comprender ningún hecho de lengua sin tener en
cuenta el sistema al cual pertenece. La lingüística eslava no puede ya eludir
este conjunto actual de problemas (Trnka et al. 1980 : 30-1)
El funcionalismo es una de las escuelas dentro del estructuralismo lingüístico
que surgieron entre las dos guerras mundiales. Las otras que se deben mencionar
aquí son la glosemática cuyos principios fueron formulados por Hjelmslev, y el
descriptivismo americano con su representante destacado Leonard Bloomfield. A
pesar de las diferencias que caracterizan estas corrientes en los principios y
métodos utilizados tienen algunos puntos importantes en común. Todas están
influidas por la obra del fundador de la lingüística moderna Ferdinand de
Saussure y se puede considerarlas, en buena medida, herederos del maestro suizo.
Tienen en común que rechazan el punto de vista atomista de los hechos del
lenguaje impuestos por los neogramáticos y su método histórico-comparativo. Su
propósito es el establecimiento de la lingüística como una ciencia autónoma,
fuera del alcance de la tutela del resto de las ciencias humanas y con base en
el signo lingüístico. (Trnka 1980 : 15)
Los lingüistas funcionalistas entienden la lengua como "un sistema de medios de
expresión apropiados para un fin" (ibid : 31). El lenguaje es propio de los
hombres. Mediante este se representa el mundo y se proyecta en él. Es uno de los
fundamentos de la vida social. Como es un fenómeno de gran complejidad, ha sido
sumamente difícil acercarse a él desde un punto de vista verdaderamente
científico. La lengua representa sobre todo el instrumento de comunicación con
los demás, sirve para expresar los pensamientos, deseos, sentimientos y permite
influir en otras personas y recibir sus influencias. Como cualquier otro
instrumento debe ser cómodo y económico y por eso ha sido moldeado y adaptado a
las necesidades de sus usuarios para cumplir cada vez mejor su función. Este es
un aspecto que tienen todas las lenguas particulares en común. Al analizar
cualquier hecho lingüístico hay que tomar en cuenta su función.
Los hablantes tienen la posibilidad de hacer uso de cierta elección entre los
medios que ofrece la lengua. Esta selección no es arbitraria sino que
corresponde a las necesidades concretas en una situación comunicativa
determinada. Para la lingüística funcional se plantea una serie de preguntas,
como por ejemplo, ¿qué función cumple cierto elemento?, ¿para qué sirve en la
comunicación?, ¿por qué el hablante elige tal elemento o tal estructura y
rechaza otro/-a? Desde el punto de vista funcional, el estudio de la lengua no
solamente debe restringirse a la descripción de los hechos lingüísticos, siempre
deben buscarse explicaciones para estos considerando las funciones generales que
cumplen en el proceso social.
La idea de la función ya está presente en Saussure cuando declara que la lengua
es "fundamentalmente ... un instrumento de comunicación" (Ducrot y Todorov 1974
: 29) y no una obra de arte. Esta concepción representa un hecho innovador
frente a lingüistas anteriores que vieron la comunicación humana como el mal que
degenera y destruye las lenguas. Para los funcionalistas, los cambios son
inevitables para cubrir nuevas necesidades.
Otro hecho que tienen en común es el concepto fundamental del sistema. Para
ambas escuelas, es necesario para comprender cualquier hecho lingüístico.
Sistema quiere decir un conjunto de elementos que dependen uno del otro y forman
una red de relaciones. Aunque este concepto no era nada nuevo, su aplicación a
los hechos lingüísticos, y no solo a ellos, era un gran progreso frente a la
visión atomística que predominaba en aquel tiempo.
Pero mientras el maestro ginebrino entiende el sistema como una entidad
estática, los praguenses lo conciben de manera dinámica pues el sistema está "en
constante interacción con el uso que los hablantes hacen de ese sistema"
(Domínguez 1998 : 98). En esta interacción, el sistema y sus componentes se
encuentran bajo la permanente presión de revisar si todavía están cumpliendo sus
múltiples funciones y, en caso negativo, deben estar en la capacidad de
adaptarse, ajustarse a las exigencias que se le hacen para servir a la
"intención del sujeto hablante", es decir, satisfacer las necesidades
particulares de cada hablante en las diferentes situaciones lingüísticas a las
cuales se enfrenta. Como estas son tan variadas, no se puede concebir la lengua
tampoco como una entidad homogénea, como lo hace Saussure (1973 : 58). Para los
praguenses, el sistema tiene una naturaleza heterogénea, tiene que dar cuenta de
la gran variedad de usos que de él hacemos los hablantes. Debe constituirse
entonces por un conjunto dinámico de subsistemas que se actualizan en una
situación lingüística determinada según los requerimientos del hablante. Solo de
esta forma, dinámica y heterogénea, la lengua puede ser un sistema de medios
apropiados para un fin. La lingüística tiene que proponerse la tarea de
describir estos diferentes tipos de uso.
A pesar de que podemos considerar a los lingüistas funcionalistas herederos del
pensamiento saussureano, se muestran también críticos a otros puntos de vista
del maestro ginebrino. En primer lugar está la rígida concepción de la dicotomía
lengua / habla. Desde la perspectiva praguense arriba descrita, esta no puede
hacer justicia a la gran variedad de situaciones comunicativas en que el
hablante emplea la lengua. En el habla "debe detectarse un código de reglas
estructurales inherentes." (Trnka et al. ibid : 25) Si no fuera así, la lengua
no serviría de medio de comunicación entre los seres humanos. Para los
funcionalistas, la lengua se compone de un conjunto de subsistemas que se
actualizan en un acto de habla concreto en una situación concreta. Si bien hay
que diferenciar entre lengua y habla, no se debe construir barreras entre ambas
ya que las dos están en permanente interrelación. También Saussure esta
consciente de la existencia de dicha interacción cuando dice que:
Sin duda, ambos objetos están estrechamente ligados y se suponen
recíprocamente: la lengua es necesaria para que el habla sea inteligible y
produzca todos sus efectos; pero el habla es necesaria para que la lengua se
establezca; históricamente, el hecho del habla precede siempre... (1973 : 64)
Es el uso constante y concreto, el empleo de la lengua con cierta finalidad, lo
que determina la estructura del sistema lingüístico. En este punto se encuentran
los funcionalistas con Saussure. Pero para el último basta haber establecido la
existencia del habla, pues la lingüística, la ciencia de la lengua, debe
prescindir de ella como objeto de estudio, la lengua solo puede constituirse sin
que se entremezclen elementos del habla. Si bien se entiende esta afirmación
hecha en un momento concreto de la historia de la lingüística no deja de ser un
punto crítico y criticable en la teoría de Saussure. Por el contrario, para los
praguenses, tanto la lengua como el habla forman parte de los intereses de la
lingüística. La una no se puede entender sin la otra y resulta imposible
describirlas y explicarlas por separado.
Otro punto cuestionado es la dicotomía sincronía / diacronía. Saussure había
separado ambas por el carácter aparentemente fortuito del cambio lingüístico.
Pero los miembros del Círculo de Praga afirman que: "No se pueden poner barreras
infranqueables entre los métodos sincrónico y diacrónico, como lo hace la
escuela de Ginebra." (Trnka et al. ibid : 31)
También en el estudio diacrónico hay que entender la lengua como un sistema
funcional en el cual los cambios no deben ser considerados de forma aislada sino
"en función del sistema que los sufre." (Jakobson en Lepschy 1966 : 125) Es
inadmisible interpretar los cambios como un hecho fortuito, había que buscar sus
causas dentro del sistema.
Pocos años después, Jakobson escribirá el ensayo Principios de fonología
histórica. En este artículo, desarrollará su "método integral" para superar la
dicotomía saussureana. No concibe el sistema de forma estática sino dinámica lo
que permite incluir en un estudio sincrónico de una lengua la idea de la
evolución.
Otra dicotomía presente en la obra de Saussure es la de sintagma / paradigma que
los mismos praguenses siguen desarrollando y la establecen como la entendemos
hoy: las relaciones sintagmáticas, de las contigüedades, y las relaciones
paradigmáticas, las de las semejanzas y de la necesaria elección. Hay que
recordar que el lingüista ginebrino hablaba de relaciones asociativas.
La idea de los dos ejes presentes en el sistema lingüístico se basa en el
concepto estrictamente saussureano según el cual "en la lengua solo hay
diferencias, sin términos positivos." (Saussure ibid : 203) La lengua es un
sistema de valores y oposiciones. El hablante tiene a su disposición un conjunto
de opciones entre las cuales puede y tiene que elegir. Cada elemento recibe su
valor por oposición a los demás que pueden aparecer en un contexto determinado.
El oyente (como también el lingüista) debe interpretar cada selección juzgando
las opciones que tiene el hablante y considerando las intenciones comunicativas
de este. De esta forma será capaz de entender cabalmente el enunciado.
Considerando el carácter doble del sistema, la lingüística dispone de un
instrumento que hace posible la abstracción de la gran variedad de usos que
hacen los hablantes de la lengua y establecer categorías funcionales que deben
estar presentes en el sistema.
Con esta premisa, los lingüistas del Círculo de Praga pueden enfrentar también
la concepción que tiene Saussure de la oración que, según él, pertenece
exclusivamente al habla, es una cadena de unidades sintagmáticas con gran
diversidad. Sin embargo, Vilém Mathesius rechaza esta afirmación:
La oración no es por completo el producto de un momento transitorio, no está
determinada por completo por la situación individual, y, por consiguiente, no
pertenece totalmente a la esfera del habla, sino que depende en su forma
general del sistema gramatical de la lengua en que se pronuncia. (en Trnka et
al ibid : 101)
Las oraciones no constituyen una mera sucesión de palabras sino son un conjunto
de unidades estructuradas y jerarquizadas. El hablante tiene que tomar en cuenta
este hecho cuando construye una oración, actividad que no puede realizarla al
azar puesto que, probablemente, nadie lo entendería. Cuando hablamos de la
libertad del sujeto hablante queremos decir que hay un conjunto de opciones
entre las cuales puede (y tiene que) elegir para representar el mundo que quiere
comunicar. Es cierto que el sistema le da ciertas libertades que según la
ocasión y su personalidad puede aprovechar en mayor o menor grado. Un poeta las
utilizará seguramente más que un gerente general en una reunión, pero ninguno de
ellos puede salirse totalmente de los límites que el sistema les pone.
Los principios del funcionalismo fueron aplicados primero al campo de la
fonología, con la cual los praguenses fundaron una nueva disciplina dentro de la
lingüística estructural que está resumida en la obra clásica de Trubetzkoy
Principios de fonología, 1939. Realmente, fue este el ámbito de la lingüística
que experimentó el desarrollo más grande y donde la perspectiva funcionalista
obtuvo sus más grandes éxitos. Es fácil de comprender por qué los logros
considerables se dieron en el campo de la fonología y no, por ejemplo, en el de
la sintaxis o semántica. Existían ya muchos trabajos acerca de los sonidos de
una lengua realizados por parte de la fonética experimental y de los
comparatistas aunque tenían un punto de vista diferente. Por otra parte, las
unidades en cuestión son bastante restringidas, más fáciles de identificar y se
trata de unidades meramente distintivas y no significativas. Los intentos de
llevar los principios del funcionalismo fonológico a la descripción gramatical
no se vieron libres de dificultades y resultó necesario introducir otros
principios de análisis. La integración del sentido a las unidades lingüísticas
siempre ha sido problemática dentro del método estructuralista.
Por otra parte, hay que mencionar que la Escuela de Praga dirigió su interés
también a problemas de la lengua literaria y poética.
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ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-32315-2002
Copyright: © Annette Becker
sábado, 27 de marzo de 2010
jueves, 25 de marzo de 2010
martes, 16 de marzo de 2010
Bienvenida
Bienvenida a este blog, que pretende ser un reflejo humilde de los conocimientos adquiridos en la asignatura Convergencia de medios.
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